"Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos." y yo me pregunto, ¿existen, entonces, corazones ciegos?
Hace relativamente poco que aprendí a ver la esencia de la vida, de cada minuto que pasa, de todos los momentos vividos y por vivir. Hasta hace relativamente poco me dedicaba a vivir a mi manera, la cual no considero errónea pero sí incompleta.
Hay mucho más allá de un simple "hola", un "abrazo" o una sonrisa. Existen personas que te aportan y te quitan, que te enriquecen y que te absorben, que endulzan o amargan, momentos vacíos o llenos, hechos que dicen mucho, para bien o para mal, pero siempre dicen mucho, historias que no tienen por qué tener final. Hay mucho más allá de un beso, una caricia o un encuentro casual.
¿Casualidades? ¿Existe la casualidad? ¿No tendremos un futuro ya escrito? Decidimos, afirmamos, reaccionamos, negamos, existimos por y para vivir nuestra vida tal y como queremos vivirla. ¿No estaremos repasando lo ya escrito con cada una de nuestras acciones?
Detrás de todo ello se encuentra nuestra persona, la que está viviendo todas esas experiencias. La protagonista de esta historia llamada vida. La que es responsable única de sus actuaciones. La que puede optar entre pasar de largo o destacar. La que es capaz de dejar huella o la que no deja ni su aroma.
Si me diesen la oportunidad de reescribir mi futuro me negaría rotundamente. He decidido vivir al máximo cada momento que me brinda mi historia. Abrir el corazón y ver eso a lo que llaman "invisible". Exprimir cada sentimiento que emana de mi interior. Ganar o aprender. He decidido disfrutar.
Esto también estaba escrito en mi historia.
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