¡Buenos días y feliz comienzo de semana!
Hoy tengo ganas de hablar un poquito sobre cosas importantes, algo no muy normal en mí... y que mejor que este look para hablaros de la dulzura. Durante años me he dado cuenta de que el mundo es cada vez más quejica y menos dulce, o al menos es lo que parece conforme vamos creciendo... Os cuento el por qué de mi reflexión...
Hoy (este post lo estoy escribiendo hoy sábado 13 de julio) he pasado tooodo el día con mis sobrinas, mis princesas, el motor de mi sonrisa junto a mi sobrino, mi familia, mi pareja y mis íntimos. Hemos estado en la piscina, hemos bailado, hemos ido al cine... Hoy he pasado todo el día rodeada de dulzura. Los enanos desprenden esa dulzura, esa inocencia, esa alegría por los cuatro costados que a los adultos nos falta. Parece que conforme vamos creciendo el gen de la avaricia, la codicia, la competencia y todo lo que rodea al ciudadano 2.0 actual, se apodera de nosotros. Cada día damos menos valor a la importancia de una frase "dulce", de un "buenos días", de un beso antes de dormir, de un abrazo después de tres simples horas sin ver a esa persona. Esa actitud la relegamos a un segundo puesto a cambio de las quejas, el mal humor, la competencia, con el único fin de sentirte "mejor contigo mismo", o más bien de autoconvencerte de ello.
Hoy simplemente me gustaría que dejaseis a un lado las quejas y disfrutéis de lo que tenéis, por poco o mucho que sea, siempre habrá algo o alguien que te saque esa dulzura y esa sonrisa que llevas dentro.
La felicidad no es una meta, simplemente es un camino a seguir. ¡Sed muy felices!
¡Os mando un beso gigantesco, un lunes algo más ameno y las millones de gracias por leerme!
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Stop&Smile.